De restaurantes
Mui
Calle Ballesta, 4
Madrid
El placentero reencuentro con la tapa tradicional bien hecha
Mui es un pequeño local de tapas tradicionales, con un toque de nuevas tendencias, que el boca a boca comienza a convertir en uno de los blasones de la oferta sibarita madrileña. Aunque minimalista y muy actual en su concepto decorativo, este establecimiento emana autenticidad por donde se mire y se pruebe. Está ubicado en las entrañas de un barrio peculiar que los hippy pijis o hippy chics llaman Triball (Triángulo de Ballesta), aledaño a la Gran Vía. Miu convive en una zona en pleno cambio, con una incombustible renovación neomoderna de tiendas con conciencia ecológica, plataformas de nuevos diseñadores y galerías de arte pero que conserva una mezcla urbanita de clubes de alterne, mestizaje y nostalgia castiza.
El nacimiento del Mui viene de la mano de un veterano y reconocido economista reconvertido a excepcional restaurador, Juanjo López Bedamar, quien junto a su mujer y excelente anfitriona, Mercedes, regentan La Tasquita de Enfrente , en la misma calle. Mui tiene muchos aciertos, entre ellos, el de recuperar las tapas de toda la vida dentro de un concepto actualizado que huye del estilo de los nuevos bares de tapeo de malísima calidad y vocación de franquicia -aunque no lo sean- que impregnan la ciudad y calles tan emblemáticas como Cava Baja, por citar solo algunos ejemplos del centro de Madrid.
Sólo distrae la vista de los platos, la variopinta clientela y una pared con dedicatorias, dibujos y garabatos a mano de muchos de los mejores cocineros españoles que han visitado el lugar. El establecimiento se compone de una barra larga divida en tres áreas: la primera ofrece productos del mar como ostras gallegas, mejillones, anchoas, latas de conserva Ramón Peña al estilo de las tabernas antiguas… La segunda muestra quesos y embutidos italianos (salami, bresaola, finochiona… ) de la casa Negrini -sorprendentemente no hay producto español pese a su calidad- , seguida de una zona, al fondo, destinada al show cooking y que el propietario ha definido como un lugar para invitar a sus amigos a cocinar e incluso un espacio para impartir clases. En esta zona, todavía en período de ensayo, se preparan, a la hora de la comida, recetas sin periodicidad fija, entre ellas, milhojas de foie con manzana verde, tataki de pato con vieiras en ají, etc.
La carta ofrece verdaderas delicias clásicas que conquistan por su ejecución y cuyos precios oscilan entre los 2 y los 7 euros, a excepción de las gambas al ajillo que valen 12 euros. Las patatas bravas, sin salsa de tomate, son un ejemplo: hervidas con su piel, fritas y humedecidas en una salsa emulsionada de agua de cebolla, guindilla, pimienta negra y ajo, convencen plenamente. Especial mención merecen: las croquetas, casi líquidas por dentro y crujientes por fuera; los incomparables palitos de berenjenas rebozados acompañados por una salsa de miel y mostaza; los torreznos crujientes servidos como yema de huevo salpimentada para mojar y las minihamburguesas, hechas a base de un magnífico steak tartar. La oferta también contempla ensaladilla, tortilla de patatas, champiñones, gambas al ajillo, mollejas de cordero, pincho moruno, oreja a la plancha…
Además, diariamente al mediodía se ofrece un plato del día, a 7,50 euros, que rinde homenaje a la cocina de toda la vida: los martes, lentejas con codorniz o chorizo; los miércoles, marmitako de bonito; los jueves, patatas con costillas y los viernes cocido
Imposible renunciar a los postres, a 5,50 euros la ración. Se trata de creaciones del laureado pastelero y chocolatero español Oriol Balaguer que cierran con broche de oro la visita a Mui.
La oferta de cerveza es escasa pero apuesta por la calidad con una gama de Brabante, una cerveza española fabricada en Flandes. También dispone de champanes Ruinart y Delamotte y de una corta pero muy seleccionada carta de vinos españoles, franceses, italianos, australianos etc. que se pueden ordenar por copas y botellas.
Después de una placentera degustación, el Mui nos reserva una maravillosa sorpresa: Las variedades de café que sirven se preparan con la máquina de Nespresso... en fin qué más se puede pedir.